viernes, 27 de marzo de 2009

La ideología cuantificada

Características de los debates del siglo XXI

Fuente: Cátedra Bertrand Russell - Universidad del barrio de Caballito


Hace un tiempo que los debates -estas largas y muchas veces aburridas- discusiones sobre temas más o menos trascendentes han desaparecido de la escena.


Ya sea porque les falta dramatismo o por la falta de glamour de sus protagonistas o porque su temática no le interesa a las masas resultan simplemente poco televisivos en comparación a cualquier reality show.


Esto no quiere decir que ni los grupos ni las sociedades hayan logrado más o mejores acuerdos, solo ha cambiado la forma de argumentar. Ahora se discute mediante la difusión de premisas breves -lo ideal es tamaño sms- y contundentemente numéricas.


Como nunca antes, la difusión de cifras se está usando para -en forma breve y concisa- defender lo indefendible, ocultar las premisas que debieran discutirse, eludir temas etc. ¡La cuantificación se ha convertido en el último disfraz de la ideología!


Vean sino:


Los defensores del proceso -generalmente familiares de militares y curas encocorados- suelen argumentar que los desaparecidos fueron solo cinco mil.


Los cuestionadores del Holocausto habitualmente no lo niegan, solo corrigen las cantidades. Para ellos la cantidad de judíos, gitanos, homosexuales y opositores masacrados en los campos de concentración nazis fue un número entre las doscientos cincuenta y quinientos mil personas.


El profiláctico tiene una eficiencia apenas superior al 90%. ¿Porqué entonces nos engañan diciendo que es una barrera contra el SIDA? Por suerte, Benedicto XVI nos esclarece: El depositar la esperanza en el latex solo agrava el problema ya que brinda la ilusión -popularizada por agentes del demonio y obviamente falsa- de que, amén de la monogamia y la castidad recomendadas por la ICAR, hay otros medios para protegerse del SIDA.


Los afectados por el dengue en el norte del país eran unos pocos casos aislados hasta que … ¡se declara la epidemia!


Los números arrojados sin más, se han convertido en aliados del ocultamiento, de la desinformación. No caigan en la tentación de discutir cantidades cuando lo que está en juego es otra cosa.


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