martes, 19 de octubre de 2010

Como ser un gurú – Camino a la iluminación

Finalizamos el curso con los elementos específicos para enfrentar objeciones del rebaño, las inevitables piedras que los incrédulos pondrán en el camino. Las habrá. Sepanlo. Insistan con la prédica aunque algunas ovejas se espanten.
Acepten. No polemicen. Reiteren siempre. Ni siquiera Gautama Buda convenció a todos sus oyentes. Ya sea por desconfianza, falta de espiritualidad, zoncera, ganas de figurar, intereses creados o voluntad de provocar, siempre habrá quienes discrepen o se burlen de las enseñanzas de los iniciados.
En esta última lección del curso para convertirse en gurú, se abordan cuatro pautas que deben darse a los adeptos para que éstos minimicen sus dudas y discrepancias y así, puedan continuar sin sobresaltos el camino a la iluminación. 
1. Hay que mantener la iniciativa: ¡Para toda pregunta una respuesta!
Ningún gurú que se respete deja a los adeptos con la cruel duda de que existen cuestiones que superan al maestro o fallas en la propuesta. Ante preguntas nocivas para la doctrina y/o el convencimiento de los seguidores, el iluminado cuenta con muchas alternativas, entre otras:
-  Sonreir y cambiar de tema
-  Suspirar, mirar al preguntón y formularle exactamente la misma pregunta
-  Pedirle que se relaje y que sintonice su mente con su respiración  
-  Decir que la respuesta es cognoscible solo para quienes están espiritualmente en el nivel OT III
-  Remitir a los curiosos a los 50 tomos de bibliografía disponible en sánscrito y en arameo antiguo
-  Explicarle que no hace falta responder porque su cuerpo astral ya conoce la respuesta

2. Adorar al swami: ¡Por sobre todas las cosas, se debe amar y obedecer al gurú!
¿Recuerdan lo importante que era el amor? Pues bien, el amor también anula las dudas y la curiosidad malsana. Los seguidores deben comprar los libros del gurú, escucharlo con atención, difundir su palabra, adorarlo, seguirlo, darle todo lo que pida -sí, el sexo también pueden ser una ofrenda- y eventualmente también donarle sus bienes ya que el gurú y sus seguidores más avanzados seguramente sabrán mejor que un aprendiz como distribuirlos entre los necesitados.
Dad al gurú lo que es del gurú, o sea: ¡todo!
Hay que ser paciente, si se debe seguir por años al gurú sin siquiera a entrever la luz no deben quejarse sino dar las gracias por la oportunidad que tienen de estar cerca del maestro que tanto los ama.

3. Espiritualidad: ¡Medita no pienses!
Deja de lado el intelecto. Apaga tu cerebro. En este aspecto, las creencias orientales se unen a las occidentales en el mandamiento de priorizar la fe antes que la razón. Después de todo, tu que quieres: ¿Estar en lo cierto o salvarte? ¡¡Medita!!
Futuro gurú: a esta altura del curso, ya deberías haber entendido que la razón no sirve, que es limitada y que la iluminación -no el saber- es el camino. Trasmíteselo a tus discípulos. Hazlos meditar. La meditación -además de permitir que tu y ellos se eleven- ayuda a que dejen de lado las contradicciones, paradojas, afirmaciones sin fundamento, incongruencias y demás trampas que alejan a lógicos y racionalistas.
Si alguien insiste con sus cuestionamientos, hay que hacerle recordar que el gurú lo ama y que tiene eternos universos -que también lo aman- por ganar. Si aún así sigue molestando, siempre se lo puede remitir a la primera lección: ¡Estas equivocado!

4. Universalidad ¡Debes ser omnívoro y ecléctico!
Un gurú del siglo XXI debe abrevar en todas las fuentes. Así podrá contener eficazmente todos los planteos de sus seguidores y mostrar que -en última instancia- todos los caminos llevan agua para su molino. Con un poco de práctica lograrás -como lo hacen la mayor parte de los gurús de renombre- incluir en tu discurso:
-  elementos de las religiones tradicionales, citando a: Jesús, Buda, Shiva, el Gran Manitu, …
-  preceptos de las artes adivinatorias: lo escrito en los astros, el I Ching, plenilunio en Wesak

- los hallazgos de las doctrinas ocultas, los ritos de logias misteriosas y las costumbres de las civilizaciones perdidas. Cuanto más antiguo, más oculto y más misterioso …  ¡mejor resulta!
-  Las sabidurías arcanas, gnósticas, dravidianas, de la cienciología u otras creencias esotéricas
- Los aportes new age: mencionar la energía, la armonía, las vibraciones, la fuerza interior, el poder espiritual, la data de los universos paralelos …
En el siglo XXI, a esta enumeración de elementos para utilizar, no podría faltarle la ciencia. Se ha probado que la meditación combate el stress y refuerza al sistema inmunológico.

Mientras que los científicos demoren en explicar las restantes verdades del gurú –que a todos les quede claro que esta tardanza es una falla de la ciencia, no un problema de la doctrina del maestro- siempre se puede recurrir a las indeterminaciones cuánticas, al carácter meramente teórico de la evolución, al potencial de las tantísimas zonas de nuestro cerebro que ignoramos para que sirven y al indudable prestigio de las doctrinas mencionadas muchas de las cuales llevan milenos entre nosotros.
Sin duda que el ítem anterior -seguidores de cerebro apagado- más una inspirada conversación y demostrar una absoluta confianza resultan imprescindibles para difundir exitosamente esta mezcolanza.
¡Ommmmmmmmmmmmmm!   ¡Felicitaciones! ¡Has terminado!
 ¡Tu aura está más brillante, ya puedes mirar al tercer ojo de tus interlocutores, persiste y tu luz llegará cada vez más lejos, conocerás a Xenu y tendrás un pent-house en el Nirvana!
Si a los conceptos que has aprendido en estas breves lecciones, les añades un look apropiado, un curriculum -que puedes inventar- con muchos viajes a Oriente o Africa y algún título de alguna universidad esotérica ya tienes todo lo necesario para ser un gurú.

Por último, si crees en los símbolos externos, también puedes imprimir el diploma adjunto.
¡Que la luz sea contigo, no olvides mandar tu óbolo en forma de comentario y recuerda recomendar Noticias Falsas!




2 comentarios:

  1. ¡Es ciertoooo! A pesar de ser atea, he caído en las redes de unos cuantos gurús (¿por qué me suena mejor "gurúes"?) que no polemizan, sonríen y cambian de tema...

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  2. me encantó, ya soy una gurúa... ¿se dice así?

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