sábado, 24 de abril de 2010

Verdades que duelen

Una de las ventajas de vivir en el cono sur, es que tenemos la oportunidad de saber realmente  como son las cosas.

Los ilusos de Europa y USA siguen enfrascados en disputas leguleyas o intelectualoides relativas a la naturaleza de la homosexualidad -la masculina obvio, la femenina no cuenta- y derraman ríos de tinta argumentado que es un tema de opción sexual o que es genético o que se trata de una perversión, pero acá en el sur tenemos la iluminada palabra del presidente de Bolivia, don Evo Morales que nos cuenta la verdad: Se trata de una intoxicación producto de las hormonas de los gallináceos.

¡Seguramente en Irán nadie debe comer pollos ya que según Mahmud Ahmadin, presidente de ese país, allí homosexuales no hay!

Tampoco es cuestión de que una médica cubana nos venga a contar lo que a ella le parece. ¡Que verguenza! ¿Habrá creido que la Feria del Libro era para eso? Por suerte, tenemos muchos avispados muchachos sesentistas que -a quién quiera hablar mal de Cuba- lo harán callar, mal que les pese a los principistas que hablan de la libertad de prensa y esos prejuicios pequeño-burgueses.

1 comentario:

  1. Parece que la feria del Libro es un lugar apropiado para la censura: a la medica cubana le siguio el turno del libro sobre el INDEC.

    Yo no tengo idea de cuan bueno o malo sea ese libro. Pero me resulta increible que haya gente que minimice estos hechos como "errores" o "no es nada encomparacion con lo que los otros hicieron en la dictadura" y otras joyas asi que uno escucha en estos dias.

    Porque es cierto: el patoterismo es ahora parte de la forma de hacer politica en Argentina. Pero me llama la atencion que el patoterismo y la censura sean justamente criticados como se merecen cuando son empleados por "el otro", pero encuentre justificacion ("errores, exaltados que no representan a nadie") cuando los emplean "los nuestros".

    O no deberia llamarme la atencion.

    Porque esta disociacion entre la realidad y la idealizacion de la misma hace rato que viene ocurriendo y en todos los ambitos. Y no parece haber nada que despierte a los fanaticos. Todos aseguran y rejuran que los antidemocraticos y los patoteros son "los otros", que lo que "nosotros" hacemos es "solo movilizarnos para defender al pais de la patota y la censura".

    En fin...

    Eduardo

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