Una beba de dos años está sobreviviendo gracias a una compleja trama de medios artificiales que la mantienen alimentada y respirando …¡desde que nació!.
Sus padres se han puesto en campaña para que el estado les permita lograr una muerte digna para su hija, pero -pese a que más de un comité de bioética ha admitido que la situación de la niña no es compatible con la definición de “vida digna”- hay quienes se oponen, por ejemplo:
Rafael Pineda, director del departamento de Bioética de la Facultad de Ciencias Médicas del Hospital Universitario Austral -institución financiada por el Opus Dei- que piensa que: “Esperar una muerte espontánea es la más digna de todas las muertes”
El presbítero Rubén Revello del Instituto de Bioética de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica Argentina (UCA) coincide y nos informa que: "La Iglesia considera que debe buscarse siempre el bien de la persona y el respeto de su dignidad, por eso en cuanto a la intención nunca debe perseguirse causar la muerte del paciente como fin … permitiendo que la muerte siga su curso natural".
¡Que increíble la Iglesia Católica Apostólica Romana, institución que no ha dudado en bendecir innumerables ejércitos ni en quemar herejes pero anuncia públicamente que “la muerte debe ser algo espontáneo o natural”!
Esperamos que la odisea de los padres de Camila sea lo más corta posible.
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