Ayer martes 20 de agosto, mi mujer y yo fuimos
al teatro Colón para disfrutar de la ópera “LAS BODAS DE FIGARO”.
Había comprado las entradas en la boletería del
Teatro con meses de anticipación. Una ubicación modesta pero apta para apreciar el canto y la vista del Colón al que no había concurrido desde su refacción
en el año 2010.
La cita era a las 20:30 hrs. O al menos así lo
creía yo, avalado por la cartelera que vi al sacar las entradas y por lo que estaba
impreso en las mismas. Llegamos a la entrada de la calle Viamonte a las 20:05
-allí un empleado del Teatro cortó los tickets- y subímos por el ascensor. Para
nuestra sorpresa, arribando a la cazuela oimos a la orquesta tocando.
La acomodadora nos le informó a los que estábamos llegando que el espectáculo había
comenzado a las 20 hrs. Un habitué que había subido con nosotros en el ascensor
le protestó en voz alta “¡Otra vez! … En Carmen hicieron lo mismo”. Yo me
limité a preguntar donde estaba el libro de quejas.
La cuestión es que la acomodadora nos abandonó
en el extremo de la fila de butacas, para no molestar y porque nuestros
asientos habían sido ocupados por otras personas. Solo nos quedó ubicarnos como
pudimos mascullando nuestra bronca. Recién pudimos acceder a nuestros asientos en el intervalo.
¿Que hizo mal el Teatro Colón?: ¡Entiendo que
varias cosas!
Cambió el horario que ellos mismos habían
impuesto
Si bien señalan en su folleto que
pueden cambiar funciones por cuestiones de fuerza mayor, nada de eso ocurría
ayer en Buenos Aires. No había inundaciones ni cortes de luz ni problemas
gremiales.
Fueron vagos y selectivos a la hora de avisar.
Como podrán ver en la copia del
ticket, tenían mi e.mail. ¿Necesitan a un Bill Gates para hacer un mailing
masivo? Por los pasillos escuché que a los dueños de los abonos si se les avisó.
Actuaron sin cortesía y sin códigos
Cuando nos cortaron la entrada en la
planta baja, el espectáculo ya se había iniciado. ¿No hubiera sido lógico que nos lo informaran en ese momento? Tan lógico como que NO NOS HUBIERAN DEJADO INGRESAR A LA SALA
una vez empezado el espectáculo. No nos negaron el paso porque sabían que ellos
habían cometido un error,
¡Cuidense del Teatro Colón! No respetan al público, no es gente seria.
Por
favor ayuden a difundir esta nota.