Las
Seychelles son un paraíso con tiburones tropicales.
Afortunadamente
para los que tienen fortuna, no representa riesgo alguno para blanqueos,
lavados, herencias truchas y ex esposas combativas
En
Argentina las Seychelles no necesitan agencias de relaciones públicas ni
vendedores de intimidad. Ya están instaladas como un paraíso de top-less financieros para sociedades flojas de papeles o conformadas como el culo.
Las
Seychelles son la contracara de las seis leches que, a un precio controlado cercano a los dos dólares el litro para las de larga vida, se achica a unos pocos pesos si es
en sachete.
Se
dice que en las Seychelles no los conocen ni al Messi ni al Diego. Aparentemente, odian
todo lo que sea corto: A los hombres de pantalones cortos, a
la gente de billeteras cortas y a los periodistas de evidencias cortas.
Decían
los romanos que la mujer del César no solo debe ser decente, sino que también
debe parecerlo. Más aún en Argentina dónde quién ejerce el poder -el César- y la mujer son la misma persona.
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