Marcha contra el matrimonio

Mañana 13 de julio, muchas agrupaciones religiosas -predominante aunque no exclusivamente católicas apostólicas romanas- han llamado a los fieles a concurrir a la Plaza del Congreso con el objetivo de manifestar ante los legisladores, su horror por la eventual aceptación del matrimonio entre parejas homosexuales.

Debe reconocerse que este rechazo ha sido trabajado y difundido desde el púlpito, los diarios, blogs etc. Tampoco ha faltado en ningún programa de debate, algún acérrimo defensor de “lo natural” siempre que por esto se entienda -no lo que se ha visto en la historia y en la naturaleza- sino a una unión de por vida entre un hombre y una mujer con vocación de procrear.

Si de proteger a los niños se trata -esta es la línea central del argumento ya que uniones entre personas del mismo sexo existen desde hace rato- bien podrían dedicar tanta energía a redoblar la lucha contra las guerras, contra la pobreza y seguramente a los lectores se les ocurrirá alguna que otra cosa más.

Por otra parte, sorprende lo novedoso del horror de los religiosos ante la existencia de niños en hogares con adultos de un solo sexo. Toda vez que finalizaba una contienda -de las millares que se libraron en el mundo católico- muchísimos niños y niñas quedaban a cargo de sus madres y abuelas porque sus abuelos y/o padres habían muerto o estaban prisioneros. Además, ¿Que es lo que ocurre en los orfanatos, conventos y fuerzas armadas? ¿No son estas instituciones, lugares donde se deja a jóvenes varones a cargo de hombres o  a   mujercitas a cargo de mujeres adultas?

Nunca hubo llamadas de atención, advertencias o preocupaciones de la iglesia por el futuro o la orientación sexual de todos estos niños criados o educados según el caso, solo por mujeres o solo por hombres.

En Noticias Falsas encontramos que detrás de tanta retórica “por los niños” hay una decidida homofobia y un gran temor a que lo diferente los ataque.

educando en el siglo XIX