Visto el derecho que se arrogan algunas mujeres para EXIGIR que el ESTADO se haga cargo del reemplazo de las prótesis mamarias marca PIP de procedencia francesa que resultaron ser cancerígenas, demando igual trato para los caballeros.
El asunto es que –a partir de la recomendación del gobierno francés de que quienes tuvieran esas prótesis las removieran- empezó un aluvión de demandas de las damnificadas que por cierto, están en todo su derecho de litigar contra los ciurujanos plásticos, laboratorios y fabricantes del producto que las puso en peligro.
Hasta acá todo bien, pero la cuestión es que hay aprovechadores que consideran que el estado debe pagar incluso los costos de reposición de las prótesis.
Esto me lleva a dos reflexiones:
- El Estado no está ni más ni menos obligado a atender esta patología que cualquier otra
- Si esto se concede, aproveche señor para exigir igual trato y renueve su dentadura, implante capilar, prótesis peneana o cualquier otra que haya decidido utilizar
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